Lo conocí de forma casual, aunque eso es lo de menos.
Un día, un día cualquiera, comencé a intercambiar alguna que otra palabra, un hola, un que tal? y poco las conversaciones se fueron haciendo menos triviales, más profundas, hablamos de todo, de nuestros gustos, de nuestra manera de ver la vida y dentro de ella nuestros gustos en el terreno sexual. Ese hombre me inspiraba confianza, así que decidí contarle mis deseos más intimos, mi antasía más deseada: Buscando mi propia sexualidad, cansada ya de un mundo siempre igual, mi mayor deseo era entregarme a un hombre, ser su sumisa, sentirlo conmigo en todo momento, ser su esclava, sentirme suya, y servirle para darle placer. Sorprendentemente él me comentó que conocía un poco ese mundo, que me podría orientar sobre él. Sí ya me sentía muy cómoda con él ahora ya despertaba si cabe más interés; quería saber, conocer sus experiencias, me excitaba tenerlo delante y escuchar sus historias, cerraba los ojos y me imaginaba que yo era aquella esclava sumisa de la que gozaba, aquella perrita que estaba a disposición de su amo. Tras varios días de conversaciones, me propuso algo, me propuso que si deseaba podía probar, sentir en mis carnes lo que es ser una esclava, una sumisa, una perrita, su perra. Me advirtió que no todo el mundo era capaz de lograrlo, pues se requería una entrega absoluta a la voluntad del Amo, a servirle para darle placer, pues al hacerlo ella sentiría placer, mucho, muchísimo placer. Me dio un sobre, pidiendo que lo abriese al llegar a casa. Así lo hice: una dirección, una llave, una fecha y una hora. Ese día me temblaban las piernas, sentía temor pero el deseo la excitación hacían que me olvidara de él. Me sentía como una puta, una puta que iba a una cita sin saber nada de lo que allí pasaría. Miré aquella casona, me quedé un momento parada, las sensaciones eran indescriptibles, ganas de salir corriendo y ganas de ser su perra, su puta , aunque solo fuera unas horas. Tome la llave, abrí la puerta y allí en el aparador d la entrada había un sobre, unas nuevas instrucciones. -Sube las escaleras, entra en la tercera puerta de la derecha, quitate las bragas, levanta la falda y esperame así .
Cuando entre lo primero que quiero ver es tu culo en pompa, separa tus muslos y permanece así el tiempo que me de la real gana. Es mi primera orden. Otra cosa: ni zapatos, ni anillos, ni ningún tipo de adorno.
Las perras no llevan cadenas , y si las llevan se las pone su Amo.
Cuando entre lo primero que quiero ver es tu culo en pompa, separa tus muslos y permanece así el tiempo que me de la real gana. Es mi primera orden. Otra cosa: ni zapatos, ni anillos, ni ningún tipo de adorno.
Las perras no llevan cadenas , y si las llevan se las pone su Amo.
(continua)
Esto no es un relato en sí, o tal vez lo sea. Ya hace un tiempo una persona me propuso algo, que comenzó como un "juego", me propuso un relato de sumisión, al mismo tiempo que lo iba escribiendo le enviaba los textos. Comezó tal vez como un "juego", aunque os confieso que a medida que lo iba redactando y se lo enviaba mi excitación creicia hasta tal punto que le obedecia, intenté ser tal y como él deseaba. Queria sentirme suya, su perra, su puta, su sumisa.
Espero que lo disfruteis.
Desconozco si ahora me lees, pero que sepas que va dedicado a tí, a quién tanto me hizo gozar esa tarde de domingo.
wouu sera un juego pero parece real.
ResponderEliminarun juego, una realidad, un recuerdo ¿tal vez un deseo?
ResponderEliminarEspero la continuacion y te comentare en profundidad
ResponderEliminarbesos calidos
Me excita la situación que estás narrando.
ResponderEliminarEspero la continuación.
Y si se vuelve real disfrútala al máximo...
Si te lee, no me cabe la menor duda de que te habrá echado muchisimo de menos.
ResponderEliminarExcelente escrito, por cierto.
Besos
Bien, bien, mil veces bien!
ResponderEliminarLa profundidad de los sentimientos cuando no se es responsable de los acontecimientos inspira a una libertad absoluta de sentir, y a la vez la pérdida de la libertad ante la entrega son una mixtura de sabor indescriptible.
Besos
Envidia...
ResponderEliminarnada más a decir
Buena trama para una primera cita... de todas formas, la sumisiòn siempre llega mucho mas allà de la sesiòn (o deberìa llegar). La confianza ùnica, el sentir especial... es maravilloso... el resto realmente es sugerente y sensual, y tu parece que con este trocito de relato lo consigues. Espero la continuaciòn ;)
ResponderEliminarSaludos
Espero que algùn dia cumplas ese deseo de poder ser la sumisa que deseas con la persona oportuna.
Ufff!!! No tiene mala pinta el juego... Morbo cien por cien!!!
ResponderEliminarUn beso.
Post.- Estaba leyendo el blog de Capri (bueno uno de ellos) y al ver tu comentario sobre esa loca plagiadora, que insulta, amenaza, etc. Tengo varios de las url en las que hace ese tipo de cosas; a mi me ha copiado todo lo que ha querido, ha conseguido que una persona cierre su blog definitivamente... En mi perfil está mi e-mail, si quieres te paso la información. Yo decidí pasar de ella porque no sé hacer otra cosa, pero tienes razón a esa gentuza hay que quitarle de en medio.
Perdona esta intromisión.
En cualquier caso, me gusta tu blog, te seguiré leyendo.
Si se disfruta leyendo, no quiero ni imaginar cuanto se disfruta al sentirlo en carnes propias.
ResponderEliminarEstupendisimo de momento . Te sigo como perro en celo.
Este te lo lei en tu otro blog, me parece, pero nunca supe el resto, menos mal que lo podre concluir aqui.
ResponderEliminarLa entrega de la protagonista es algo que debe leerse, y con la redaccion que tienes, pues ya esta, esperamos la continuacion.
Besote guapisima!
Es increiblemente sexy... yo quiero q me hagan esos encargos. Solo con leerlos me excito... escribirlos debe ser pura pasión.
ResponderEliminarA tus PIES